lunes, 9 de noviembre de 2015

El Barroco y el Mundo Colonial Americano


La Religión impuesto por los españoles durante la colonización  impregnaba todos los ámbitos de la vida. Tanto de los indígenas como de los colonos y de la población mestiza que muy pronto comenzó a formarse. El hecho de ser pueblos iletrados, favoreció aún más el uso de las imágenes. Esta es una de las razones, por la cual la mayor parte de las expresiones artísticas coloniales están estrechamente relacionadas con el tema religioso.

Las ciudades recién fundadas, se enlucieron entonces con Templos y Conventos. El interior de estos se adornó, en los primeros años con pintura mural. Posteriormente, esos mismos muros se recubrieron con suntuosos altares tallados en madera y recubiertos de laminillas de oro. Dentro de los nichos, fueron colocadas multitud de imágenes de Cristo, la Virgen, Santos y Santas, trabajados tanto en talla en madera como en pintura sobre lienzo, tabla o láminas de cobre, para ser venerados por los fieles.


Barroco tardío en América: arquitectura religiosa

La arquitectura también fue un vehículo para la evangelización. Los primeros conventos y las primeras iglesias americanas, de estilo renacentista, tendrán aspecto de fortaleza, debido al carácter de frontera de las Indias, como el convento de Acolmán en el valle de Teotihuacán, o el convento de Actopan, en Hidalgo, México. Pero es en los siglos XVII y XVIII cuando se construyeron los mejores ejemplos de la arquitectura americana, sobre todo gracias a las catedrales.

Convento de Acolmán. Teotihuacán    

Interior de la Iglesia de Santa María Tonantzintla


Interior del Templo de Santo Domingo de Guzmán (Oaxaca)
Catedral Metropolitana de la Ciudad de México    


Arquitectura militar y fortificaciones

Para defender la extensa red de ciudades coloniales, la Corona Española se planteó la necesidad de su fortificación, ya fuese mediante un sistema de ciudades fortificadas o a través de ciudadelas exentas. La protección de estos complejos urbanos se planteó principalmente como un sistema defensivo de los puertos comerciales y el litoral.

La fortificación de las plazas hispanoamericanas responde a varios motivos: por una parte, la defensa frente a los ataques de los indígenas americanos y, mayormente, por la incidencia de otras potencias europeas que, movidas por su oposición al monopolio del comercio americano de España con sus colonias, llevaron a cabo diversas actividades ilícitas, como el contrabando, la piratería y las actuaciones de los bucaneros.

La continua evolución de la bala metálica de pólvora será la causa de las transformaciones y reformas en diversas fortalezas y de la integración de la fortificación menor durante el proceso de organización territorial de los virreinatos de América.

En el siglo XVII se encontraban construidas o en proceso de construcción las primeras fortificaciones de las principales ciudades, pero el espíritu de libertad de las colonias motivó la demolición de algunas estructuras defensivas en el siglo XIX, motivo por el cual algunos sistemas defensivos están incompletos.  


Fortificaciones coloniales en Cartagena de Indias
Castillo de San Lorenzo el real de Chagre,  Panamá
El castillo San Felipe de Puerto Cabello, Venezuela 


Vásquez y Ceballos, primeros pintores

Pintor colonial nacido en Santafé de Bogotá, el 9 de mayo de 1638, muerto en la misma ciudad, en 1711. Al parecer, Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos nunca salió de la Nueva Granada; según su primer biógrafo, el historiador José Manuel Groot, su padre lo dedicó al arte bajo la enseñanza de Baltasar Figueroa, pintor entonces de gran reputación [...] hijo de Gaspar de Figueroa. Como ocurre frecuentemente con los artistas, también existe acerca de Vásquez una famosa anécdota sobre cómo el alumno superó al maestro.

En este caso se dice que al pintar correctamente los ojos de un San Roque, su maestro lo despidió por considerar que ya podía poner solo un taller; sin embargo, la intervención de Vásquez al parecer está más en el ángel que preside al santo, que en sus propios ojos. Aprendió con corrección muchos de los secretos de la pintura, y hasta el momento es el pintor colonial neogranadino más reconocido y apreciado.

Los dibujos de este maestro son bastante precisos; generalmente hechos de un solo trazo, como lo demuestran los que se conservan en el Museo de Arte Colonial de Bogotá, y como se observa, por lo demás, en la mayor parte de sus obras. Sus modelos generalmente proceden de grabados que reproducen importantes obras de la pintura europea barroca de las cortes católicas. A través de dichos grabados fue como la Corona española halló el método más efectivo para lograr la difusión de las ideas.

Los temas que Vásquez desarrolló con preferencia fueron los marianos, relativos a la Inmaculada Concepción, coronación de la Virgen y la Virgen con el niño en diversas advocaciones. En general, en todas sus composiciones se advierte la presencia de las jerarquías angélicas: querubines, serafines y, particularmente, ángeles músicos.

EI prestigio que han alcanzado las obras de Vásquez, ha tenido como consecuencia que muchos otros cuadros anónimos le sean atribuidos, sin mayor rigor. Si bien la anterior lista de cuadros firmados da una idea sobre los asuntos que más trabajó, a continuación reunimos los temas en que fue más recurrente: la Inmaculada Concepción, La Virgen Apocalíptica, la Virgen Gloriosa, la Niña María, los Desposorios de la Virgen, la Anunciación, la Sagrada Familia, San José con el Niño, diversas escenas de la vida de Jesús, apostolados, evangelistas, confesores.   


San Francisco de Asís recibiendo las estigmas    


Escuela Quiteña, Escuela de Cuzco

-Escuela Quiteña:

La Escuela Quiteña, es como se ha llamado al conjunto de manifestaciones artísticas y de artistas que se desarrolló en el territorio de la Real Audiencia de Quito, desde Pasto y Popayán por el norte hasta Piura y Cajamarca por el sur, durante el período colonial (segunda mitad del S. XVI, XVII, XVIII y primer cuarto del S. XIX); es decir durante la dominación española (1542-1824). 
También se la considera como una forma de producción artística y fue una de las actividades más importantes desde el punto de vista económico en la Real Audiencia de Quito. 

Arquitectura: 
Cuando España funda Quito sobre antiguos asentamientos indígenas. Allí nace el período colonial, cuando la ciudad experimenta la construcción de sus principales monumentos religiosos depositarios de obras de arte invalorables. Son los tiempos en el que el Barroco se derrocha por todas partes, es la voluntad por lo por lo voluptuoso y sobrecargado, ese horror al vacío, se transforma en arte enérgico, que se levanta en ese Quito.


Iglesia de la compañía
Quito

Iglesia de san Agustín
Quito
Plaza San Francisco
Quito 
Pintura y escultura 
Con respecto a la pintura y escultura de la escuela quiteña, a más de los aportes españoles, recibe múltiples influencias flamencas, italianas y moriscas, las cuales íntimamente enraizadas en la tradición indoamericana, le dan una particularidad especial, diversa de sus fuentes, pues su resultado es mestizo.


Virgen del Rosario. Anónimo, siglo XVII  
La piedad
Gaspar Zangurima
Siglo XIX


Virgen de Quito
Bernardo de Lagarda
Siglo XVII

-Escuela de Cuzco:
es la más importante de la América colonial española, se caracteriza por su originalidad y su gran valor artístico, los que pueden ser vistos como resultado de la confluencia de dos corrientes poderosas: la tradición artística occidental, por un lado, y el afán de los pintores indios y mestizos de expresar su realidad y su visión del mundo, por el otro.

El aporte español y, en general europeo, a la Escuela cusqueña de pintura, se da desde época muy temprana, cuando se inicia la construcción de la gran catedral de Cusco. Es la llegada del pintor italiano Bernardo Bitti en1583, sin embargo, la que marca un primer momento del desarrollo del arte cusqueño. Este jesuita introduce en el Cusco una de las corrientes en boga en Europa de entonces, el manierismo, cuyas principales características eran el tratamiento de las figuras de manera un tanto alargada, con la luz focalizada en ellas.

Este nuevo arte cusqueño se caracteriza, en lo temático, por el interés por asuntos costumbristas como, por ejemplo, la procesión del Corpus Christi, y por la presencia, por vez primera, de la flora y la fauna andinas. Aparecen, asimismo, una serie de retratos de caciques indios y de cuadros genealógicos y heráldicos. En cuanto al tratamiento técnico, ocurre un desentendimiento de la perspectiva sumado a una fragmentación del espacio en varios espacios concurrentes o en escenas compartimentadas. Nuevas soluciones cromáticas, con la predilección por los colores intensos, son otro rasgo típico del naciente estilo pictórico. 



Nuestra señora de Belén
Anónimo
Siglo XVII 
La anunciación de la virgen
Luis Riaño
1632
La adoración de los Reyes Magos   

Lecturas recomendadas: 



   


  

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