domingo, 15 de noviembre de 2015

ARTE ROCOCÓ EN EUROPA

Cada época de la historia viene acompaña de una forma de arte distinta. En este caso, luego de la salida del trono de Luis XIV (Rey del Sol), el siglo XVIII empezó con un arte de estilo decorativo, al cual se le denominó Rococó y se mantuvo hasta el reinado de Luis XVI.
Por: Laura V. Orozco, Andrea Suárez, Juditza Fuenmayor, Alberto Jiménez y Shadya Torres.

Contexto

El rococó surgió a principios de 1800 en Francia, cuando la corte de este país se encontraba en su mejor momento y, como muestra de ello, la vida que llevaban era ostentosa, llena de lujos y cargada de celebraciones. Esta forma de vida se vio reflejada en el arte naciente, que cambió su concepción con respecto a su predecesor: el barroco, con quien solo compartió el gusto por lo recargado.

Antes de todo, Versalles y el Palacio que lleva su mismo nombre, se convirtieron en el epicentro de todo el esplendor artístico decorativo; pues, Luis XIV, cuyo seudónimo era Rey del Sol por alardear la brillantez de su corte, trasladó a esta desde París hasta Versalles, donde tuvieron lugar distracciones y fiestas extravagantes para mantener a la nobleza controlada la mayor parte del año y así disminuir su poder. Luis XIV era un gran amante del embellecimiento a través de obras de arte.

Luego del reinado de Luis XIV, le sucedió la regencia de Luis XV. Esta monarquía se olvidó de los problemas y las necesidades del pueblo, mientras que a su palacio lo embellecía para convertirlo en un lugar digno de las celebraciones permanentes. De esta forma el rococó entró en auge, un arte de salón que se enfocó en la decoración de interiores, cargados de belleza, elegancia y detalles para dar una sensación de riqueza.

A partir de Francia, el arte rococó se dispersó por el resto Europa, en países como Alemania, Italia, Austria y España. Con él, se considera que el barroco termina, aunque es un estilo que surge como su contraposición. La diferencia entre ellos está en la opulencia, la elegancia y el empleo de colores vivos del rococó, que contrastan con el pesimismo y la oscuridad del barroco.

¿Qué es el rococó?

El arte rococó se considera un estilo naciente de la aristocracia o de modo cortesano, de base naturalista e inspiración chinesca, por la utilización y decoración de las porcelanas. Este estilo demuestra el gusto por las formas delicadas, refinadas e íntimas, dando lugar a técnicas como grabados, tapiz, chinoiseries, las miniaturas o las porcelanas.

Definitivamente, es un arte de carácter frívolo que no refleja espiritualidad, ni sentimiento social; simplemente es un arte mundano, despreocupado y desentendido de la religión. El nombre de este arte, Rocaille (roca y concha), determina el empleo de elementos como hojas, tallos, flores, piedras, formas curvilíneas y, sobretodo, conchas que aluden a la naturaleza.

Características

Se dio el cultivo de escenas mitológicas, populares y pastoriles. A su vez, se mostró una concepción de las obras a partir del encanto y la sensualidad, con colores pasteles y una preponderancia de la luz, en contraste con el oscuro barroco. Los detalles consistían en elementos naturales como piedras, formas vegetables y conchas marinas. En resumidas cuentas, la decoración fue llena de libertad y asimetría, sumado a ello la ilusión de ligereza y asuntos efímeros, con elección de formas onduladas e irregulares. Este estilo fue aplicado a muebles, paredes, jardines, porcelana, dormitorios, techos y formas arquitectónicas.

Manifestaciones artísticas

Aunque el rococó se empleó en los interiores y salones, también se puede apreciar en la arquitectura y la pintura, espacios donde se plasmaron, de la misma manera, las formas naturales y los elementos, llegando a su máximo esplendor en la década de 1730.

-       Pintura

Con esta pintura galante, llena de colores delicados, formas curvas, telas decoradas, mitos y personajes, sensualidad, alegría y frescura, se trataron temas campestres, historias pastoriles, fiestas cortesanas y aventuras amorosas. Pero, sobre todo, la mujer se convirtió en el centro de inspiración como una figura dotada de belleza.

Es en esta manifestación artística cuando surgen pintores que describen el espíritu y los ambientes frívolos de la época, como Antoine Watteau (1648-1721), quien retrata sus personajes con trajes suntuosos y reunidos en parques y jardines, bajo un ropaje de carácter mitológico, por lo que no se confunden con escenas de la vida corriente. Ejemplo de sus obras son El embarque para la isla Citerea y La muestra de la tienda de Gersaint.

Salida para Citerea de Jean Antoine Watteau. (1717).
Se destacaron, además, aquellos que plasmaban el erotismo como François Boucher (1703-1770), quien fue el pintor oficial de la corona en 1765. Es sus obras refleja y expresa la vida de los nobles franceses en su relajación moral. Ejemplos de ello son El baño de Diana o las Odaliscas.

Odalisca de François Boucher
Elisabeth-Louise Vigee-Lebrun (1755-1842), pintora de la corte de María Antonieta, (esposa de Luis XVI), especialmente dotada para la pintura de la infancia y la feminidad.

Femme peintre, française de Elisabeth-Louise Vigee-Lebrun.

Estuvieron creadores de obras que mostraban con tono de nostalgia la sociedad galante, como Jean-Honoré Fragonard (1732-1806), quien fue el último gran pintor rococó francés, que continuó empleando este estilo hasta comienzos del siglo XIX. La novedad de su obra es la alabanza al romanticismo y la naturaleza. Grandes obras representativas de Fragonard fueron El columpio y El Amante.

El columpio de Jean Honoré Fragonard. 1767.
A su vez, en Francia también nació una corriente burguesa, con pintura virtuosa y moralizante, conformada por Jean-Baptiste Chardin (1699-1779), cultivador de temática de género y bodegones, y Jean Baptiste Greuze. Además, surgió una destacada escuela de retratistas formada por Jean Marc Nattier y Quentin la Tour. Dicho género fue popular entre los pintores rococós, a través del cual se pintan elegante y artificialmente la vida cotidiana de los personajes del palacio.

En cuanto al paisaje urbano, se renueva su forma de expresión, ejemplificado en las vedute, de origen propiamente italiano.

-       Arquitectura

En contraste al exterior de estas construcciones, que se vieron de forma sencilla y simple, con fachadas lisas, molduras de plantas y puertas y ventanas enmarcadas; el interior desborda trazados y decoraciones, de una forma fantasiosa y colorida, de buena distribución y comodidad. La forma circular en las edificaciones fue predominante y, en su mayoría, con jardines y parque natural inmensos.

Chateau vaux de viconte. Dormitorio de Luis-XV.

-        Escultura

Europa, con el rococó, alcanzo ser un importante en la producción de porcelana. Se fabricó en Ruan, Estrasburgo, Saint- Cloud, Mennecy, Chantilly y en la Manufactura Real de porcelana de Sèvres. Esta última se caracterizaba por sus dibujos rodeados de ornamentación de rocalla sobre fondo blanco.

De sus máximos exponentes se destacan Étienne-Maurice Falconet (1716– 1791), con su estilo delicado de porcelana. Los motivos amorosos y alegres son representados en la escultura, así como la naturaleza y la línea curva y asimétrica.


Cupido sentado de Etienne-Maurice Falconet. 1757.

En Italia

La extensión del arte rococó hasta otros países de Europa se vio reflejada en la magnificencia de la obra de Giovanni Antonio Canal, también conocido como Canaletto, oriundo de Venecia, quien se convirtió en uno de los grandes representantes del rococó en la pintura fuera de Francia. Sus producciones se caracterizaron por la fidelidad al detalle, incluso en su mínima visibilidad. Por la calidad artística de Canaletto, quien se encargó de elaborar paisajes de su ciudad natal en distintos escenarios de la vida cotidiana, es que se mira su obra como un documento histórico.

Ribera de los Schiavoni por el lado este de Canaletto. 1730.

En Alemania

Este país, por el contrario, vio el máximo esplendor del rococó en las construcciones extravagantes y grandiosas, las cuales estaban acompañadas de sorprendentes jardines y juegos de agua.  Es preciso destacar que los interiores se decoraron en estuco y detalles dorados.

En Francia, el rococó dio paso al austero estilo neoclásico a finales del siglo XVIII y, con el inicio de la Revolución Francesa en 1789, desapareció de manera repentina y por completo.

Lecturas sugeridas

Bibliografía













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