La arquitectura
renacentista es una creación típicamente italiana y presupone en el arquitecto
una sólida formación científica al tratarse de un arte cultural. Los
arquitectos se sienten animados por el deseo de romper con la estética
medieval.
Frente a la ambigüedad
de las formas góticas, oponen las formas y principios de la arquitectura
clásica con una renovación total de sus planteamientos, de sus credos estéticos
y de sus formas. No se trata de una copia de los mismos, sino que a partir del
conocimiento de las leyes en las que se basaba el arte clásico, lo adaptaran
siguiendo criterios propios.
La arquitectura
renacentista está estrechamente vinculada a las matemáticas, convirtiéndose en
la principal ayuda del arte, que se preocupaba por fundamentar racionalmente su
ideal de belleza, así, los arquitectos toman como fundamento las formas básicas
geométricas claramente perceptibles, las perfectamente regulares y racionales:
círculo, cuadrado, cubo, esfera, cilindro.
Establecen unas
relaciones simples entre longitud, altura y profundidad. Equilibrio entre las
dimensiones de la planta y su altura: no deben predominar las dimensiones
verticales sobre las horizontales. Otro rasgo característico es la preocupación
por conseguir una visión unitaria de la obra, articulando los distintos
elementos arquitectónicos entre sí y con el conjunto.
También está presente
en la arquitectura el antropocentrismo del Renacimiento. Los arquitectos al
determinar las proporciones que las distintas partes del edificio deben guardar
entre sí, toman como modelo el cuerpo humano y la organización existente entre
los miembros del mismo. Esta referencia a la figura humana ya se encontraba en
el tratado de Vitruvio.
El espacio es
organizado de acuerdo con las leyes de la perspectiva, considerada como método
racionalizador de la visión. Las principales
construcciones eran templos, palacios, villas, bibliotecas etc. Las
construcciones de carácter civil adquieren tanta importancia como las
religiosas, produciéndose una renovación tipológica de las mismas por
influencia de los “mecenas”.
Elementos arquitectónicos:
En general, la
arquitectura renacentista utiliza elementos constructivos y decorativos tomados
de la arquitectura romana clásica.
Los materiales más
empleados son el ladrillo y el aparejo ordinario revestido de mármol.
- Muro: recupera su función (auténtico elemento sustentante y de cerramiento) valorando su superficie que, en oposición a la estética gótica “que buscaba desmaterializar el cuerpo del edificio y borrar irracionalmente los límites espaciales”, se hace plana, limpia, luminosa, sin frescos ni mosaicos, creando así un espacio perfectamente delimitado.
- Ordenes Arquitectónicos: Se toman los clásicos pero con un canon más esbelto
Arco de medio punto Columnas y pilastras: El capitel preferido es el corintio o compuesto, adornado con grutescos. La columna puede tener el fuste liso o bien, lo que es más característico, ser balaustrada, es decir, constituida a base de diversas molduras cuadradas y curvas, ensanchamientos y estrechamientos sucesivos. Pilastras adosadas a los muros.Tanto las columnas como las pilastras entran en la composición de las fachadas y en la decoración de los interiores.- El arco empleado es el de medio punto, sobre columnas (la razón es que es el único arco totalmente racional).
- Cubiertas: Cúpula, su utilización es una de las características más destacadas de este estilo, símbolo de la geometría y de la Majestad Divina y del orden divino del Universo.
- Planta:Basilical de cruz latina: Aunque no era un esquema válido para el pensamiento renacentista, no se atrevieron a dejarla de utilizar de pronto, por su carácter simbólico, se limitaron a modificar en el interior el modo de percibir los espacios.Centralizada: El problema de conseguir un espacio unitario les llevó a la planta de plan central, de cruz griega o circular, siendo esta la típica iglesia del Renacimiento. IMAGEN 5
- Interiores: La estructura interna se caracteriza por ser espacios diáfanos, claros, uniformemente iluminados. Cúpula sobre el crucero o lugar central. Las escaleras son uno de los elementos más cuidados y frecuentes en las construcciones.
- Elementos decorativos: Temas tomados del repertorio clásico: frutos, flores, objetos colgando de cintas, guirnaldas, medallones, bucráneos, amorcillos, almohadillados, etc. Lo más característico del Renacimiento son los grutescos, motivo decorativo basado en seres fantásticos, vegetales y animales, completamente enlazados y combinados formando un todo. IMAGEN 6
- Bicromatismo: aprovechaban el contraste entre el color blanco del enlucido de los muros y el gris de la piedra para resaltar los elementos constructivos básicos: órdenes, arquivoltas, entablamentos etc.
ARQUITECTURA DEL QUATTROCENTO
El
principal centro será Florencia, bajo el mecenazgo de los Médicis, grandes
impulsores del arte. El principal representante fue Filippo
Brunelleschi, uno de los arquitectos italianos más famosos del siglo XV.
Su
fama estuvo asociada, sobre todo, a la cúpula de la catedral de Santa María de
las Flores en su natal Florencia, ya que
sus conocimientos de ingeniería le permitieron solventar los problemas, en
apariencia insolubles. Fue el encargado
de finalizar una obra que ya se había iniciado en el Trecento italiano por
Arnolfo di Cambio. La catedral era de estilo gótico y tenía la genuina
decoración bícroma de la arquitectura románica toscana.
Cúpula de Santa María de las Flores
en Florencia, Italia.
De
igual manera, su arquitectura elegante y moderadamente ornamental queda
comprendida a la perfección en dos espléndidas creaciones: la capilla Pazzi y
la Sacristía Vieja de San Lorenzo. Son dos obras de planta central, basadas en
la armonía visual y en la alternancia, característica del artista, entre
arenisca gris y estuco blanco.
Capilla Pazzi |
Sacristía de San Lorenzo |
Palacio Pitti |
Hospital de los Inocentes |
Hubo otro exponente de
este período, Michelozzo, arquitecto y escultor florentino que se formó en el
taller de Ghiberti y trabaja como colaborador de Donatello. El convento de San
Marcos es la obra por la que comienza a destacar por la complejidad de su
construcción.
Palacio Médici-Riccardi |
Aunque, su proyecto
decisivo fue el Palacio Médici-Riccardi de Florencia, en su fachada alterna un
revestimiento modulado hacia el exterior, con el sillar liso y luego el
ladrillo. Con esta solución, que equivale a una interpretación del castillo
medieval desde la óptica renacentista, sienta las bases de un modelo de palacio
florentino que se repetiría con posterioridad. Por lo general la distribución
de este tipo de construcción es geométrica y para aligerar la estructura se
crean galerías o abren grandes ventanas.
También se distinguió
León Bautista Alberti, primer tratadista del Renacimiento. Creía que la belleza
arquitectónica residía en la armonía y esta procedía de la proporción
matemática. Prefería las fachadas inspiradas en los arcos de triunfo, como
ocurre con su obra principal: San Andrés de Mantua.
Templo de San Andrés de Mantua |
Templo Malatestiano de Rímini |
Palacio Rucellai de Florencia |
ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO
Aproximadamente el
primer tercio del siglo XVI, Florencia atraviesa un periodo de inestabilidad
política, por lo que los artistas abandonan la ciudad, instalándose en Roma y
Milán. Será ahora Roma, bajo el mecenazgo de los Papas, el principal centro
creador del arte “clásico” renacentista.
La crisis planteada por
las contradicciones entre Cristianismo y Cultura Clásica, surgida en Florencia
durante los últimos años del siglo XV, encuentra ahora una alternativa en la
que triunfa el nuevo ideal del humanismo cristiano, siendo la ciudad de Roma,
el símbolo que representa el poder político logrado por la Iglesia y el Papado.
En general, las
características de la arquitectura de este siglo se ajustan básicamente a las
del anterior. Bramante, Miguel Ángel y Rafael son los tres grandes artífices empeñados
en la elaboración de un nuevo lenguaje que supere la contradicción entre
Cristianismo y Cultura Clásica.
Templete de San Pietro in Montorio |
Se utiliza con mayor
rigor los órdenes clásicos de acuerdo con unos cánones establecidos, también se
emplean frontones triangulares y curvilíneos. Se imponen las iglesias
de planta centralizada con cúpula, símbolo del orden divino existente en el Universo.
Bramante es la figura
de enlace entre la arquitectura del Quattrocento y la del Cinquecento. Aunque formado
en Lombardía renuncia a lo ornamental y subraya en sus obras la simplicidad
estructural entendida como un valor estético.
Con el templete de San
Pietro in Montorio demostró que lo grandioso no tiene nada que ver con el
tamaño. La construcción corrió a cargo de los Reyes Católicos en honor al
nacimiento de su único hijo varón, que coincidió con la festividad de San Pedro
Apóstol, en el mismo lugar donde según la tradición sufrió martirio.
Sin embargo, la cumbre
de la creación de un espacio religioso lo encontramos en la Basílica de San
Pedro del Vaticano, Bramante fue el elegido para realizar el primer diseño.
Impuso un esquema central, con una planta de amplia cruz griega, abovedados sus
cuatro brazos con cañones, cerrándose cada uno de los tramos con ábsides
semicirculares. En el crucero se alzaría una gran cúpula de 40 metros de
diámetro, compensada por cuatro pequeñas cúpulas y torres en las esquinas, al
modo bizantino.
Muerto Bramante en 1514
será Rafael el encargado de la construcción. Intentó acomodarla a la cruz
latina, por lo que el templo se ampliaría hacia los pies con un cuerpo de tres
naves y dos de capillas, ubicándose en la zona de los pies un amplio nartex
dodecástilo. Los tres ábsides se dotarían de deambulatorios. El fallecimiento
de Rafael en 1520 motivó que su proyecto no se pusiera en marcha, quedando sólo
el grabado de la planta realizado por Serlio.
Basílica de San Pedro del Vaticano |
Antonio da Sangallo el
Joven será el nuevo arquitecto que lleve el proyecto adelante. Mantuvo muchos
de los elementos de Bramante, pero su proyecto no responde a la planta central,
ya que antepone a la cruz griega un cuerpo entre altas torres que recuerda a
las catedrales románicas de la región alemana de Renania.
La construcción
definitiva se debe a Miguel Angel, nombrado sucesor de Sangallo a su muerte en
1546. Retoma el plan de Bramante de planta centralizada, pero con una sola
entrada. En el centro se levantaría una majestuosa cúpula sostenida por
robustos pilares ochavados y equilibrada por otras cuatro cúpulas menores en
los lados. En los tres impresionantes ábsides dispuso pilastras de orden
gigante. La cúpula, con 42 metros de diámetro y sobre un espectacular tambor,
se eleva por encima de las colinas de la urbe, quedando como punto de
referencia para la cristiandad. La grandiosa cúpula
sería concluida por Giacomo della Porta con un perfil más agudo que el
planteado inicialmente por Miguel Angel.
BIBLIOGRAFÍA
Gombrich, E.H. (1997). La historia del arte. Phaidon.
Merlo, C. (2006). La historia del arte: desde la prehistoria hasta nuestros días. Ediciones Robinbook.
BIBLIOGRAFÍA
Gombrich, E.H. (1997). La historia del arte. Phaidon.
Merlo, C. (2006). La historia del arte: desde la prehistoria hasta nuestros días. Ediciones Robinbook.
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