Los
orígenes de esta civilización, que se desarrolló a lo largo de unos tres
milenios, se remontan a fines del IV milenio a.C. Herodoto denominó a esta civilización como "el don del Nilo, y desde que el historiador griego abriera el libro de la Historia contando las maravillas de un país extraordinario, Egipto ha cautivado a todas las civilizaciones y ha hechizado y sigue hechizando a cuantos se han acercado a su civilización.
Por: Olga Ortiz, Sharit Romero, Paula Garcés, Danya Balero, Natalia Urrea y Adalberto Martínez
Por: Olga Ortiz, Sharit Romero, Paula Garcés, Danya Balero, Natalia Urrea y Adalberto Martínez
Nos aproximamos a su historia y un halo
de misterio y de enigmas sin resolver parecen envolver su pasado, por más que
sea una de las civilizaciones antiguas más y mejor estudiadas.
Pero siempre hay algo más que hace
especial el Egipto de los faraones: su desarrollo cultural; su temprana
civilización; sus logros de progreso como las canalizaciones o el
calendario que les marcaba el propio Nilo con sus crecidas; el aislamiento
de su geografía; o su riqueza extraña en medio del desierto; el secreto
prolongado durante tanto tiempo de sus jeroglíficos; y sobre todo sus
dioses y sus cultos funerarios, motivo de sus portentosos monumentos, que
elevan la grandeza de Egipto a un verdadero mito de la Antigüedad.
Pero el arte de Egipto no se limita a
la construcción extraordinaria de sus pirámides, a la obra de sus templos,
y a las tumbas fabulosas que de vez en vez descubren los arqueólogos.
Egipto desarrolló también en el campo de las artes plásticas una obra
excepcional por su enorme variedad y su calidad técnica. No era un arte
para la belleza. Ni los artistas ni sus mecenas buscaban en el
arte egipcio la magia de lo hermoso, como les ocurrirá siglos después a
los griegos.
El arte de Egipto es un arte práctico y
utilitario, al estar íntimamente ligado a su función funeraria y al interés de la
monarquía. Por ello es un arte de carácter simbólico, que además cambia muy poco a
lo largo de los siglos, porque a la tradición secular que definía todas las
manifestaciones de la cultura egipcia, había que añadir las propias tradiciones
asumidas por artistas y talleres que eran muy difíciles de alterar.
Un arte para sus dioses, para el mundo
de ultratumba y para sus faraones, principalmente, pero también un arte en
el campo de las artes plásticas, que en ocasiones le hace un guiño a la vida
cotidiana y a las manifestaciones más simples de la belleza. Un arte por todo ello
fascinante, que nunca nos podrá dejar indiferente.
El desarrollo de esta gran civilización
se puede ver en cuatro periodos o fases en las que se desarrollaron un gran número
de avances artísticos con características propias de cada uno de estos:
El periodo prehistórico o Periodo
Predinástico (4.500 - 3.100 AC)
- Alrededor del año 3000 a.C. se produjo en el antiguo Egipto el paso de la prehistoria a la historia, con el desarrollo de una serie de importantes cambios, tales como el nacimiento de la escritura, la mejora del sistema de riego, que comportó cosechas más abundantes, y la unificación política del país, con la fusión del Alto y Bajo Egipto.
- Generalmente se identifica a Narmer con el legendario Menes, que según la tradición se convirtió en el primer faraón de Egipto.
- Se construyen las primeras pirámides, conocidas como “Mastabas”, que eran complejos funerarios o necrópolis.
Paleta de Narmer – cuenta la historia del rey Menes que unifica Egipto dando vida a un gran Imperio |
El Imperio Antiguo (2.650 – 2.150 AC)
La pirámide Saqqara, una mastaba
más elevada y
perfeccionada
|
- Es durante este periodo crucial que la escritura jeroglífica alcanzó un nivel razonable de sofisticación y las técnicas artesanales lograron un nivel alto de profesionalismo.
- Durante el Imperio Antiguo el Rey Djoser, construye la pirámide de Saqqara, es el primero y más famoso rey de la tercera dinastía. Es en este periodo que se establecen los canones artísticos que duraran más de tres mil años.
- Los trabajos de Keops, Kefren, y Micerino, la creación de las tres pirámides en Giza representan la cresta de logros en el campo arquitectónico.
- El sistema de escritura egipcio comprende tres tipos básicos de escritura: jeroglífica, hierática y demótica. Durante esta época, se registran todas las acciones del Faraón en escritura jeroglífica
La pirámide de Micerino
es la más pequeña
de las ubicadas
en el valle de Giza, Egipto
|
Pirámide
de Keops, Giza - Egipto
|
Pirámide y esfinge de Kefre |
El Imperio Medio (2.030 -1.640 AC)
- Periodo de reavivamiento del carácter egipcio se establece la capital en Tebas.
- En las expresiones artísticas, hay una tendencia hacia una representación "humanizada" de la realeza.
- El arte del Imperio Medio se caracteriza por el mayor realismo en general, y en particular en los retratos, y este mismo criterio lo imitó la nobleza egipcia.
El Imperio Nuevo (1.550 – 1.070
AC)
Templo de Nefertari
esposa preferida de Ramses II
Abu Simbel
|
- Los monarcas reinantes de este periodo mostraron un interés genuino por el arte y la arquitectura. El arte proliferó, enriquecido por influencias asiáticas, con hermosas manifestaciones de pintura mural. La actividad arquitectónica recibió un gran empuje como consta en el templo de Amón, en Karnak, y en el templo de Luxor.
- Ramsés II, fue un faraón imperial emblemático. Más que por sus conquistas territoriales, se le conoce por las abundantes construcciones colosales que legó a la posteridad, como el templo de Amón, en Karnak.
- Durante este periodo que Egipto alcanzó el cenit de su gloria.
- Los monarcas reinantes de este periodo mostraron un interés genuino por el arte y la arquitectura. Akhenaton, el Faraón hereje, alcanzó la cresta de innovaciones con lo que se llamó el naturalismo de Akhenaton.
- Supone un desarrollo inigualable para la técnica del bajorrelieve y la de la pintura.
Ahora bien, a lo largo de todos los
periodos anteriormente mencionados, la civilización egipcia logró desarrollar
su arte en diferentes aspectos, tales como la arquitectura, la escultura y la
pintura, dejando grandes obras y conceptos primarios de arte para todo el desarrollo
de esta disciplina.
El legado de la arquitectura egipcia se
consolida a lo largo de los siglos, basado en una serie de características
propias: su colosalismo constructivo, su perfección técnica, y
su capacidad de movilización social para la realización de grandes
obras.
Cuenta además con algunos elementos
formales igualmente singulares. Así, su estructura arquitrabada, la
utilización frecuente de muros en talud, el aprovechamiento de la
piedra como material constructivo a pesar de las dificultades de su extracción
en aquel país de desierto, así como un modelo de sostén basado en grandes
columnas rematadas en capiteles característicos: lotiformes,
palmiformes o papiriformes, según su parentesco con las plantas que
se reproducen talladas sobre la piedra.
Destacan como tipologías más características,
la arquitectura funeraria, de una enorme importancia en el arte egipcio
dada su íntima relación vital con el mundo de ultratumba; y los templos,
reflejo también del poder de la clase sacerdotal.
Por otra parte, los egipcios desarrollaron,
debido a su actividad agraria, las técnicas de la agrimensura. Ello les
familiarizó con la geometría y el cálculo aritmético, conocimientos que
aplicaron a la totalidad de su arquitectura, otorgándole así unas proporciones
precisas adaptadas a determinados módulos.
Arquitectura
funeraria
La arquitectura funeraria es sin duda una de
las expresiones más espectaculares de todo el arte egipcio, pero no hubiera
sido posible sin el desarrollo profundo de una religión que le daba una
importancia absolutamente trascendental al fenómeno de la muerte y la vida en
el más allá.
El egipcio para poder iniciar el viaje al mundo
más allá de la muerte, debía conseguir que permanecieran unidos los dos
principios esenciales que constituían al ser humano: el ba, que aludía
al aspecto inmaterial o alma del ser; y el ka, o fuerza vital, que se
relacionaba con el cuerpo y el físico del sujeto.
De ahí
el interés de los egipcios por salvaguardar la apariencia física de los
fallecidos, por medio de la momificación o la realización de estatuas y
máscaras funerarias, única manera de que ambos aspectos del ser no se separaran
en el otro mundo. De esta forma podía el difunto acceder a la barca del dios
Sol- Rah, que al llegar el ocaso lo trasladaba al mundo inferior, o de ultratumba,
donde a su vez asistiría al juicio de Osiris que pesaría su alma y decidiría su
futuro eterno.
Es el inmenso poder
económico y social acaparado precisamente por el faraón el que permitiría
obras descomunales dedicadas a su descanso eterno: primero las mastabas, que luego se convirtieron en pirámides, y posteriormente los hipogeos.
Las mastabas
Estaban formadas por una base
tronco-piramidal con muros en talud, que quedaban enterradas y
mimetizadas en el paisaje. Las primeras se realizaron en ladrillo, sustituido
posteriormente por sillares de piedra perfectamente escuadrados.
Al interior contaba con dos niveles: el
subterráneo con la cámara sepulcral a la que se accedía a través de pozos
verticales, que se cegaban después de depositar la momia; y el nivel superior,
en el que estaba la capilla, que imitaba la casa del difunto, donde los
familiares podían pasar para depositar ofrendas.
Contaba con una o varias “falsas
puertas” decoradas con relieves, que servían para indicar al espíritu del
difunto (ba), el lugar por donde debía salir o entrar al edificio. Si la
mastaba era de nobles o personajes de clase alta, al lado de esta capilla se
disponía el serdab, o sala que contenía la estatua del difunto (ka).
Las pirámides
La pirámide es, por excelencia, la tumba
del soberano, de ahí que se revista de un simbolismo especial. En primer
lugar, se ha demostrado que algunas fueron concebidas bajo simbolismos numéricos,
como es el caso de la de Keops, que recoge ciertas medidas astronómicas.
Al interior, la momia del difunto se
disponía en un pozo excavado bajo la construcción, donde se hallaba la cámara
mortuoria. También en las pirámides, por ser una evolución al fin y al
cabo de las mastabas, se abría el serdab, que contenía el doble del
difunto, junto a diversas
Son tumbas que corresponden al Imperio
Antiguo y cuyo origen se encuentra en la superposición escalonada de mastabas,
dando lugar a ejemplos como la Pirámide escalonada de Zoser. Su
refinamiento y perfección dará lugar a la pirámide propiamente dicha, que tiene
sus mejores ejemplos en las tumbas de los grandes faraones de la IV dinastía: Keops,
Kefren y Micerinos, anteriormente mencionados.
Los hipogeos
Se desarrolló durante
el Imperio Nuevo, tratándose de una construcción que como su propio nombre
indica, estaba excavada dentro de una montaña, con una disposición interna que
trasponía en cierto modo las estancias de las anteriores construcciones.
Son cámaras funerarias y templos
subterráneos que se excavaron sobre roca, en la ladera de alguna montaña.
Tienen una disposición laberíntica. Las paredes interiores solían estar
decoradas con pinturas o relieves que reflejaban escenas de la vida cotidiana.
Destacan principalmente los excavados en
la región de Tebas, en el enclave denominado del Valle de los Reyes.
Luxor, grande templo o necrópoli
edificadas en el Imperio Nuevo
en honor al dios Amón.
|
La avenida,
que desemboca en el templo con dos hileras de esfinges.
Grandes muros de la fachada, de forma
trapezoidal y dispuestos en talud, llamados pilonos.
El patio
o sala hípetra, rodeado por dos filas de columnas. Era el lugar en el que había
un altar para realizar los sacrificios y al que podían acceder los fieles.
La sala hipóstila, formadas por varias hileras de columnas que se cerraban
con una cubierta adintelada
Al fondo estaba una cámara donde estaba la
imagen del dios, así como las dependencias sacerdotales. A esta estancia solo
podía acceder el sumo sacerdote o el faraón.
Escultura egipcia
El escultor en Egipto era un personaje
de segunda categoría (no así el arquitecto) por dedicarse a una actividad
manual y es siempre un personaje anónimo y sin iniciativa creadora. Existían
unas fórmulas establecidas por el Faraón y los Sacerdotes que el artista debía
acatar.
La
escultura egipcia es hierática, ceremoniosa, solemne y en todas existe un
evidente continuismo a lo largo de tres mil años, sólo alterado en períodos
concretos (amarniense, saíta, ptolemaico), que se refleja en una serie de leyes
escultóricas que son más bien tópicos de representación (no existe el concepto
de belleza tal y como lo entendemos en la actualidad, sino de obra bien hecha):
- La ley de la frontalidad, según la cual las esculturas, aun de bulto redondo, se presentan para ser vistas de frente (representación de los personajes de frente sin torsión en ninguna parte del cuerpo). En el caso de los relieves y la pintura la ley de la frontalidad se traduce en la representación de las figuras con cabeza de perfil, ojo de frente, torso de frente y piernas de perfil.
- El principio de jerarquía, donde los personajes se representan a mayor o menor escala según su importancia. Todos se ejecutan de acuerdo con un canon de proporcionalidad cuadrangular o cúbica, según el cual la altura total de la figura es de 18 o 21 cuadrados.
- Canon de perfil: las figuras se representaban con el rostro, brazos y piernas de perfil, mientras que el tronco y el ojo estaban esculpidos de frente, con un elegante criterio estético que perduro casi invariable.
- Materiales: Se realizan en caliza, madera policromada y las más importantes en granito y basalto.
Buenos
ejemplos son las esculturas de Zoser, Kefrén o Mikerinos; también las del príncipe
Rahotep y su esposa Nofret, cuyo tratamiento policromo las dota de mayor
naturalismo.
BIBLIOGRAFÍA
Gombrich, E.H. (1997). La historia del arte. Phaidon.
Merlo, C. (2006). La historia del arte: desde la prehistoria hasta nuestros días. Ediciones Robinbook.
Lectura sugerida:
El arte egipcio
BIBLIOGRAFÍA
Gombrich, E.H. (1997). La historia del arte. Phaidon.
Merlo, C. (2006). La historia del arte: desde la prehistoria hasta nuestros días. Ediciones Robinbook.
Lectura sugerida:
El arte egipcio
hola
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